El Lago del Oeste, cuyo nombre proviene de su ubicación al oeste de Hangzhou, cuenta con una superficie de 5.6 kilómetroscuadrados, un perímetro de más de 15 kilómetros y tres de sus lados están bordeados por colinas. Originalmente, fue parte de la bahía Qiantang, pero posteriomente fue dragado y embellecido por los posteriores gobiernos de la ciudad, logrando un paisaje único y mágico que atrae a miles de turistas a disfrutar de los maravillosos paisajes que brinda sus extensiones.
El
Lago del Oeste
cuenta con dos diques, el primero lo construyó en el año 891 el gobernador y poeta Bai Juyi, de la dinastía Tang, y el segundo fue construido bajo la orden de otro poeta, Su Dongpo, de la dinastía Song del Norte, cuando tenía el cargo de gobernador de Hangzhou. En honor de ambos, a los diques les pusieron los nombres de Dique Bai y Dique Su.
Los dos diques dividen el lago en cinco partes: el lago exterior, que conforma el sector principal, el lago interior, ubicado hacia el norte y separado por el dique de Bai, un gran camino de tierra decorada con numerosos árboles y flores, salpicados por varios puentes de piedra y madera que embellecen el paisaje. Por último el lago posterior, en la parte occidental, separado por el dique Su.
Dentro del
Lago del Oeste
se encuentran cuatro islas, de las cuales una sola es natural, llamada Colina Solitaria. Las islas pueden ser recorridas en las barcas pequeñas que son guiadas por remeros de la ciudad, o por grandes barcos decorados de forma tradicional, muchos de ellos decorados en forma de grandes dragones dorados que flotan por las tranquilas aguas del lago
Una caminata bordeando toda la extensión de auga es otra buena opción para poder disfrutar al máximo de Hangzhou. En su recorrido encontra las Pagodas, como la Pagoda de las Seis Armonías, templos y numerosos pabellones que mueren frente a las aguas. El lugar también se encuentra provisto de numerosos sitios donde se puede realizar una pausa para comer o tomar un refresco, rodeados por incansables arboledas y bancos de reposo.
Imperdible será sin dudas ver el atardecer en el Lago. En cuanto comienza a caer el sol, el cielo se tiñe de colores anaranjados, posándose sobre las colinas que se ven lejanas en el horizonte, decoradas con viejas pagodas y templos perdidos. Los farolillos de piedra que se encuentran dentro del Lago ayudan a celebrar un paisaje extraordinario que caracteriza a la ciudad de Hangzhou.
Una recorrida por el
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