Hace dos mil años, Sanya era considerado por los chinos como “Tianyahaijiao”, una palabra que simboliza “el fin del cielo y el océano”, o “el fin del mundo civilizado”. Hasta hoy día, en el lugar aún se conserva una piedra con tal inscripción, que es de visita obligada de los turistas, y que gusta especialmente a los novios que se juran frente a ella amor eterno.
Paseando por la playa de Sanya, es fácil encontrarse con parejas chinas vestidas de boda posando para las fotografías de boda que serán uno de los mejores recuerdos para toda su vida.
El lugar, que era hace centenares de años un pequeño pueblo pesquero, es desde hace décadas un destino turístico popular entre chinos, coreanos y residentes extranjeros en China, y se ha convertido hoy día en el “Hawai chino”, bien conocido por los turistas rusos y estadounidenses gracias a su agradable clima de agua fresca y pura
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